miércoles, 16 de marzo de 2011

El adiós a un “Maestro del Arte”

Don Félix de Guarania, en ocasión de recibir la distinción como “Maestro del Arte”


Fuente: ABC Color

El Centro Cultural de la República El Cabildo comunica con hondo pesar el fallecimiento de don Félix de Guarania, seudónimo literario del gran estudioso del guaraní, Félix Giménez Gómez, quien en vida fuera reconocido por la institución con el título de Maestro del Arte en el área de literatura, y gran colaborador del Centro desde su creación.

Don Félix partió en la madrugada de ayer, 14 de marzo de 2011, luego de una larga lucha contra la diabetes que padecía. Sus restos serán velados en el Salón Memorial de Parque Serenidad, sito en Avenida Mariscal López y Doctor Caballero.

El poeta y escritor bilingüe don Félix de Guarania nació en Paraguarí el 20 de noviembre de 1924. Sus estudios primarios y secundarios los realizó en su ciudad natal.

Durante la dictadura de Alfredo Stroessner fue exiliado durante 26 años, pero aun así don Félix no abandonó el compromiso cultural con su país. Por sus publicaciones, activismo social y lucha a favor de la cultura indígena y campesina, fue considerado un defensor de los derechos humanos y ha recibido distinciones como la Condecoración al Mérito en el grado de Comendador, la de Hijo Dilecto de la Ciudad de Asunción y el reconocimiento de la Orden Nacional del Mérito, en el grado de “Gran Cruz”.

Sus obras comprendían la poesía, cuento, el teatro, los ensayos, la investigación y los textos de enseñanza sobre la lengua y la cultura guaraní, de la cultura en general.

Desarrolló una intensa e importante labor de la temática cultural en instituciones educativas de nuestro país.

El Centro El Cabildo conserva en su acervo un cuaderno de poemas que don Félix escribió durante su juventud, y que él mismo decidió donar al centro cultural en el año 2008.

En aquella ocasión, don Félix dirigió un mensaje a los jóvenes que queremos recordarlo ahora: “Lo primero es soñar, nunca dejar de soñar, estar soñando siempre en imposibles o no, no detenerse en ningún camino ante ningún tipo de dificultad. Yo he tratado de hacerlo, estuve 26 años en el exilio y la mayor parte de mi vida saltando de un lugar a otro, en la clandestinidad o veces libre también andando confiado”.

Esa oportunidad en que recordó los principales hechos de su vida, resaltó: “Siempre estuve al lado de la juventud, tomé parte de ella, porque pensaba que era mi lugar, con la pluma como espada. No creer que existen imposibles, que cualquier obstáculo puede ser vencido e ir adelante”.

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