domingo, 27 de abril de 2008

miércoles, 23 de abril de 2008

El Día del Maestro - 30 de Abril



CON INMENSO CARIÑO... ¡FELIZ DÍA DEL MAESTRO!

¿Quién no recuerda a algún maestro o maestra en especial? Claro que sí. Todos tenemos bellos recuerdos que nos acompañarán por siempre de aquella persona que nos tendió la mano cuando la necesitábamos, que nos dijo las palabras justas en el momento preciso, que nos expresó su cariño con su tierna sonrisa, que nos hizo sentir seguros con sus cálidas manos, que con su vida fue un ejemplo de rectitud, que fue capaz de escucharnos sin juzgarnos, que fue capaz de ayudarnos a desarrollar nuestras habilidades.

Los maestros y las maestras ya no cumplen sólo la tarea de impartir conocimientos. Muchas veces son enfermeras, psicólogas, jueces..., es decir, hacen de papá y mamá a la vez. En el Día del Maestro demostremos nuestro cariño, agradecimiento y reconocimiento a aquellas personas que son y fueron pilares en nuestra formación.
Fuente: Sección Escolar del Diario ABC Color

Elaboración de Proyectos



Un proyecto es un plan de ideas y actividades que se organizan para resolver una situación. Esta situación puede ser un problema, una tarea o cualquier actividad cotidiana.


Ejemplos de proyectos


• Organizar una fiesta o una salida al campo.

• Organizar una campaña de aseo en la casa, en el colegio, en la comunidad o en la ciudad.

• Elaborar una receta.

• Organizar un equipo deportivo.

• Construir un artefacto.


Pasos


1. Nombre del proyecto: el nombre del proyecto debe ser claro y preciso.

2. Determinar una situación: saber qué se va a hacer.

3. Justificar el proyecto: explicar las razones por las que se considera importante la realización del proyecto.

4. Plantear los objetivos: cuáles son los propósitos que se tienen para la realización del proyecto.

5. Plan de trabajo o de acciones: es la planificación de los pasos, las tareas y las actividades que se deben seguir para la realización del proyecto.

6. Cronograma: Distribución de las actividades que demanda el proyecto, en un tiempo determinado. Se nombran los responsables de la actividad. Se presenta en un cuadro.

7. Recursos: son los medios económicos, materiales y humanos básicos para la realización del proyecto.

8. Evaluación: verificar si se cumplió el plan de acción.

9. Comunicación de resultados: es el medio mediante el cual se da a conocer el proyecto: periódico, carteles, etc.


Tipos de proyectos


Según el número de participantes: individual o colectivo.Según el tiempo: semanal, mensual, anual.Según el propósito: empresarial, conocimiento, vida cotidiana.Según la cobertura: aula, colegio, familia, comunidad, etc.
Fuente: Sección Escolar del Diario ABC Color

¿Morirá el libro de papel?




Fuente: Artículo de Marisol Palacios publicado por el Diario ABC Color


Desde la aparición de Internet, con sus múltiples facilidades para leer, se ha instalado la interrogante de si estamos ante la inminente muerte del libro en papel, considerando que actualmente, la gran mayoría de la gente puede acceder a cualquier tipo de obra a través de la Red, en cuestión de segundos.

El asunto radica en tener un poco de interés y de hacerse de unos minutos de tiempo.


Lógicamente, este tema también se ha instalado en la Red, en algunos foros, en los que, si buscamos un poco, encontramos gente preocupada por el asunto que plantea argumentos interesantes; algunos de ellos afirman que el libro en formato papel morirá, porque como todo en esta vida, nada es eterno, y por qué el libro tendría que ser la excepción, aunque “persistirá el acto de la lectura, ya sea en una pantalla digital, en un holograma o en una imagen mental a la que nos enchufemos desde la biblioteca matriz”.


Otros sugieren que “con el libro de papel hay una especial confidencia entre la obra y el lector; sus tapas se tocan, su superficie y contornos del canto se palpan, sus hojas se pasan rápidamente en acto de mago de baraja de cartas, su papel, su tinta, se huelen y se esnifan para embriagar el olfato; su disposición en la estantería te recuerdan el buen rato que te han hecho pasar unos y la cuenta pendiente que queda por saldar aún con otros.


Hay un efecto sedante que proporciona una lectura refugiado en una manta en las horas previas a rendirse al descanso; su portabilidad es óptima para embaucarse en el viaje de la lectura en el metro, tren, autobús”. También están los ecologistas que esperan que “quizás, no sean de papel, sino de alguna sustancia nueva que evite la tala de árboles para pasta de papel, pero el libro como tal, seguro que seguirá existiendo”.


En fin, en lo que la gran mayoría está de acuerdo es en que el acto de lectura persistirá, pero que los e-books son los que regirán a partir de este siglo, es decir, vaticinan que los libros en papel tienen sus días contados, son una especie en extinción. Es cierto que los tiempos cambian; eso es indudable y hasta tautológico, y aunque tal vez suene ingenuo mi planteamiento, me es imposible imaginar la escena de amor entre Paolo y Francesca en el Canto IV del Infierno de la Comedia de Dante, quienes tras la lectura en la Web de El Lanzarote del Lago, se enternezcan y se enamoren.


Así como tampoco me imagino a Borges –quien se imaginaba el Paraíso bajo la especie de una biblioteca, aunque por magnífica ironía de Dios le dio al mismo tiempo novecientos mil libros y la noche– leyendo a Kafka o a Goethe en la Red. Y si bien una de sus obsesiones eran los laberintos, lo que a fin de cuentas es la Red, un magnífico laberinto, pero laberinto al fin, no creo que hubiera preferido más la lectura por medio de la computadora que a través de un libro en papel. Aunque eso ya nunca lo sabremos. El libro –en soporte papel– forma parte de nuestra cotidianidad, nos acompaña en todos los momentos de nuestra existencia, desde que nacemos hasta que dejamos este mundo.


Los que amamos los libros, por ejemplo, estamos acostumbrados a releer mil veces nuestros pasajes favoritos, a veces hasta a subrayarlos y marcar la esquina de la página, aunque eso suene un crimen. Por eso me resulta difícil imaginar –como dice una amiga– ir a leer a la plaza con la notebook, o en el ómnibus. Como tampoco imagino a los creyentes, por ejemplo, leyendo –no digo que no vayan a hacerlo– la Biblia, el Talmud o el Corán, entre otros, a través del monitor. Se me hace que le quita la calidez de esencia que implica ese tipo de lecturas, la mística del contacto con Dios. Y, aunque como algunos piensan lo que importa es el mensaje y no el medio, da la impresión de que el mensaje queda netamente entre la fría emisión de la máquina y el receptor, en este caso, el lector. Como tampoco me imagino a un sacerdote o a un rabino mirando una pantalla para predicar, bautizar, realizar un casamiento, dar la extremaunción, etc. Aunque seguramente llegaremos a eso; es casi seguro.


La tecnología avanza; nadie puede sustraerse de esa realidad. Lastimosamente –y casi con orgullo–, para los tiempos que corren, soy de la generación de los que recuerdan su primer libro –Mujercitas, de Louise May Alcott, en este caso–; su libro de primer grado –Semillita–; de los que tienen sus libros preferidos para recurrir a ellos en caso de tribulación; de los que siempre tienen un libro en la cartera –aunque por poco no te suelten el hombro–, de los que siempre quieren ser los primeros en correr a las librerías para comprar la última obra de García Márquez o Vargas Llosa o del último desconocido Premio Nobel. También de soy de los que piden prestadas a los que compran las obras de Dan Brown o Paulo Coelho –para no decir que uno las tiene en su biblioteca, pero que igual queremos saber qué contienen, para luego criticarlas–, o simplemente para estar en onda; en fin, soy de los que no puede resistir el influjo de la seducción del libro; de sentir lo mismo que sintió Alicia cuando fue al país de las maravillas, pues eso es lo que se siente cuando se abre un libro nuevo –que no tiene que ver con que sea recién comprado, porque otra de las mejores sensaciones que nos dan los libros es la poder aventurarnos en una librería de usados, descubrir nuevos tesoros y, a la vez, pasar por las páginas por las que ya pasaron otros, experimentar lo mismo que los que nos antecedieron y preguntarnos si ellos encontraron los mismos que nosotros–: es descubrir nuevos mundos, nuevas formas de ver la vida, otras maneras de pensar y de encarar la existencia, aunque no estemos de acuerdo con ellas. Porque eso tienen los libros: nos hace mejores, nos enseñan a sentir, a desear, a imaginar, a soñar, a discernir, a evaluar, a reflexionar; en síntesis, a pensar y a elegir; sí, y tal vez esa sea una de las cosas más importantes, porque si sabemos elegir nuestros libros, también sabremos elegir todas las demás cosas inherentes a nuestra vida, especialmente como la que nos toca el día de hoy, por ejemplo. Saber discernir y elegir lo que mejor nos conviene para el futuro.


Tal vez todo esto que nos dan los libros en papel también lo obtenga la generación actual a través de la lectura de un libro en la Red. Y ojalá así sea, por el bien de la lectura y de los lectores. Dado que actualmente todo es rápido: comer, dormir, amar, leer, en fin, todo es exprés, posiblemente haya gente que ya no opina lo mismo que lo que pensamos los que amamos los libros, y que también, aunque más humildemente, imaginamos el Paraíso en forma de biblioteca.


Probablemente dentro de poco, todos estaremos con las computadoras portátiles (notebooks) por todas partes, si los caballos locos nos dejan. Aunque... no lo creo; me resisto a pensar que habrá gente que vaya a llorar sobre el frío teclado.


Sin embargo, pienso que siempre habrá gente que se emocionará, reirá, llorará y hará volar su imaginación con las cálidas páginas de un libro.Ahora bien, aunque tal vez, como muchos piensan, finalmente, más allá del tema de si sobrevivirá el libro ante tanto avance informático y las posibilidades de lectura que nos brinda, realmente, lo más importante, fuera de todo romanticismo, es que no se abandone el hábito de la lectura.

Libros que hicieron Historia - Un artículo de Delfina Acosta para el Diario ABC Color



Libros que hicieron historia

Hay libros que cambiaron la historia de la humanidad. Empecemos por la Biblia, que transformó al mundo. Y no digo que lo haya mejorado, precisamente, pues el Nuevo Testamento, integrado, en su mayoría, por las cartas o epístolas de San Pablo, aportó un sentimiento cristiano que fanatizó al hombre. El fanatismo dividió el modelo de la causa cristiana. Formó un clero, con enorme peso en países como España.



El Nuevo Testamento ha servido, a través de su lectura, para transformar vidas magulladas por el dolor. El pensamiento cristiano se instaló en la mente, y también en las almas de las gentes. El cristianismo tomó su lado más grotesco cuando llegó el tiempo de la Inquisición, y muchos infelices, acusados de herejes, eran condenados a sufrir tormentos físicos y morir en la hoguera.


La transformación del alma es algo subjetivo, y sobre eso, pensándome prudente, no me atrevo a hablar. Sí puedo decir que, amparados en la religión cristiana, los pueblos de América han tratado de observar costumbres que, al menos en su contextura escrita, buscan dar una vida digna al individuo. Cuántos religiosos, cuántos hombres de la Iglesia Católica se han rebelado contra las torturas y los vejámenes cometidos por los gobiernos totalitaristas en América Latina.


LA CABAÑA DEL TÍO TOM


Hay un libro, La Cabaña del Tío Tom, escrito por la autora Enriqueta Beecher Stowe, que contribuyó -grandemente- a desencadenar una guerra civil que ya se veía venir entre los pobladores del norte y del sur de los Estados Unidos. La escritora iba publicando su novela, por entregas, a un periódico abolicionista. Esas entregas causaron una impresión prudente en los lectores, pero la publicación del libro, en el año 1852, despertó la conciencia del pueblo norteamericano. Se vendieron 50.000 ejemplares. Se desató la guerra entre los norteños y sureños que duró tres años. Al terminar el enfrentamiento, la esclavitud fue suprimida. Ya no más recolección de sol a sol, y bajo el látigo, de algodones para los amos insensibles quienes pensaban -incluso- que los negros no tenían almas. Ya no más grilletes, ni ventas en subastas públicas. Había dicho Abraham Lincoln, de la autora de La cabaña del tío Tom, que Enriqueta fue la mujer que ganó la guerra.


EL PODER DE LA PALABRA


El poder de la palabra es infinito. Cuando uno escribe, guiado no solamente por el intento de denunciar, de poner en el tapete de las discusiones, aquellos vicios que arruinan la moral y las costumbres del hombre, cualquiera que sea su nacionalidad y su creencia religiosa, está justificando el uso de la palabra. La palabra, que el autor la concibe como un arma de cambio para mejorar el nivel de vida de la gente, debe ser dicha con firmeza, casi con sentido religioso, sin faltar a la verdad. El libro El capital, de Carlos Marx, cambió el destino de muchos países. Instaló el comunismo, que para mi interpretación, es una doctrina llena de luces. Pero el lector sabe que la intención del libro sólo tuvo éxito en la teoría, pues el comunismo desapareció, o, mejor expresado, mostró que era un pan muy duro. El hecho de privar de la libertad al hombre es la más enorme tragedia que se pueda diseñar. Ahora piense el lector en el grado extremo de tragedia que significa el secuestro de personas, práctica muy común en nuestros tiempos. ¿Cómo se puede aceptar que se separe a un ser humano de su familia, y se lo mantenga privado de su libertad, en un lugar solitario, a cambio de dinero?


Cierto es que el secuestro no tiene nada que ver con el comunismo de Carlos Marx. Es preciso que alguien de mentalidad iluminada escriba un libro sobre la práctica atroz del secuestro para que éste desaparezca de la faz de la tierra. Sería el libro de los libros. Hasta la fecha, poco o casi nada han hecho los gobernantes para acabar con el secuestro. Y debe considerarse que los países del mundo hacen un llamado ferviente, a través de la prensa, pidiendo por la liberación de los rehenes de las FARC. Si la política verbal o activa de los dirigentes de varios países no da mayores resultados, ¿habrá que aguardar, pues, que alguien escriba una obra maestra capaz de desatar la bronca de los pueblos contra el secuestro? Las venas abiertas de América Latina, de Eduardo Galeano, es un libro que intranquiliza; a través de sus muchas páginas, escritores, periodistas, sociólogos y simples lectores entiendan cómo se fue gestando el poderío de los pueblos desarrollados sobre la debilidad de los países de América Latina.


ESCRIBIR UN LIBRO


Lo importante de escribir un libro que toca las más sensibles cuerdas de un pueblo es que se está ayudando al lector a considerar la opción de rebelarse contra la historia oficial y tomar como causa de lucha, la práctica de la deforestación, el exterminio de indígenas, el rapto (a través de la política manipuladora) de los derechos del hombre. Los versos de Pablo Neruda, quien escribe sobre el minero chileno que va perdiendo lentamente la vida en un trabajo de explotación, trazaron pensamientos angustiosos en el hombre del siglo XX. Cierto es que la poesía social es una herramienta poderosa para muchos fines. Pero quiero referirme a la poesía social de altos quilates. Entre los poetas socialistas que tuvieron gran influencia en muchas generaciones se encuentran Pablo Neruda, Hérib Campos Cervera, Elvio Romero, César Vallejo, Rafael Alberti. Y paro de contar.


ARTE DEL MUNDO


Hay libros de gusto exquisito, de forma literaria llena de gracia y de creatividad, que pasan a formar parte de la gran colección de arte del mundo de habla hispana. Por ejemplo, Fortunata y Jacinta, Don Quijote de la Mancha, Don Segundo Sombra, etc. Aun dentro de estos libros, es posible percibir, y con mucha fuerza, una intención de cambio. Creo que todo escritor escribe, finalmente, porque quiere cambiar el mundo. Don Cervantes, a través de su personaje Don Quijote, nos muestra un planeta donde la formulación idealista está dispuesta a marchar por algún camino. Quien escribe pensando en su prójimo está ayudando al lector a tomar conciencia de la sociedad y del individuo.


AMORES


Tengo los ojos enfermos, deslumbrados, de mirarte día tras día en la mesa, donde viniste a sentarte, frente a mi inocencia blanca de niño con cuerpo grande. Tengo la boca reseca y los labios anhelantes de juntarse con los tuyos, que enseñan cuando los abres, esa lengua pequeñita en su cárcel de corales. Tengo el sentido perdido por el ansia de estrechartefuerte, fuerte, entre mis brazosque alguna vez tú tocaste,entre risas, distraída, sin saber que en mí dejastetemblores de pasión y fuegoen la esperanza de amarte.Tengo febril como el solmi cuerpo que busca el tuyo, tal como el buey busca el yugoque esclaviza y da pavor,tu cuerpo, vida y calor,que no será mío, amor.


Juan José Leiro

Día del Libro



El Día Internacional del Libro es una conmemoración a los libros y los derechos de autor (copyright), promulgado por la UNESCO que se celebra cada 23 de abril desde 1996 en varios paises, siendo en 2008 más de un centenar.

En varios países de habla castellana, como Cuba, se celebra este día como el Día del idioma, diferente del Día Internacional de la lengua materna celebrado el 21 de febrero.
En 2008 y a partir de esta fecha, Amsterdam sustituirá a Bogotá como "Capital Mundial del Libro".

Historia

La elección del día 23 de abril como día del libro, procede de la coincidencia del fallecimiento de los escritores Miguel de Cervantes, William Shakespeare e Inca Garcilaso de la Vega en la misma fecha en el año 1616, aunque realmente no fuese en el mismo día, debido a que la fecha de Shakespeare corresponde al calendario juliano, que sería el 3 de mayo del calendario gregoriano y que Cervantes falleció el 22, siendo enterrado el 23. También coincide con la fecha de nacimiento de William Wordsworth (1850) y fallecimiento de Josep Pla (1981).


La propuesta fue presentada por la Unión Internacional de Editores a la UNESCO, con el objetivo de fomentar la cultura y la protección de la propiedad intelectual por medio del derecho de autor. El 15 de noviembre de 1995 la Conferencia general de UNESCO aprobó la propuesta en París, a partir de lo cual el 23 de abril sería el "Día Internacional del Libro y del Derecho de Autor".

En España

Alfonso XIII firmó un Real Decreto el 6 de febrero de 1926 por el que se creaba oficialmente la Fiesta del Libro Español, que se celebraría en la fecha que entonces se creía que había nacido Cervantes, el 7 de octubre. La idea original fue del escritor Vicent Clavel Andrés, proponiéndola a la Cámara Oficial del Libro de Barcelona. Poco después, en 1930, se instaura definitivamente la fecha del 23 de abril como Día del Libro. La celebración arraigó rápidamente en Barcelona y se extendió por toda Cataluña, aunque el propósito oficial se fue diluyendo poco a poco al coincidir con el día del santo Patrón, conocido como Diada de Sant Jordi (Día de San Jorge), mientras en otras zonas la fiesta se mantenía con escasa importancia o incluso desaparecía. Con el tiempo se hizo tradicional en Cataluña el intercambio y regalo de rosas y libros entre parejas y personas queridas en esa fecha, convirtiéndose en una de las jornadas populares más celebradas. Esta tradición fue uno de los argumentos utilizados por la UNESCO para declarar el 23 de abril Día Internacional del Libro.

En España se toma en cuenta esta fecha para la entrega anual de los Premios Cervantes, el mayor galardón realizado a los autores hispanos.

Capital del Libro

En 2001 a iniciativa de la UNESCO se nombró a Madrid Capital Mundial del Libro. Desde entonces cada 23 de abril, diferentes capitales de paises del mundo han ido acogiendo este honor, realizando durante el año diferentes actividades culturales relacionadas con los libros. En 2008 Amsterdam pasará a ocupar este cargo.

Fuente: Wikipedia - La Enciclopedia Libre